Ser socio de las bibliotecas no garantiza que se sea usuario activo de las mismas

21 julio, 2016 at 08:00

Existe un alto porcentaje de la población española que no es usuaria de las bibliotecas. Pueden haber múltiples motivos para no dejarse ver por las mimas, como por ejemplo la falta de tiempo para ir por temas personales o de trabajo, o por la falta de utilidad de lo que ofrecen. Sin duda que este último motivo es el más doloroso.

Ser socio de una biblioteca no convierte a las personas en usuarias activas de las mismas

Hace unos meses un estudio de la Generalitat de Catalunya decía que el 45% de la población catalana mayor de 14 años no había ido a la biblioteca en el último año. Esta cifra sube hasta casi el 75% en la población española mayor de 18 años según los datos del último barómetro del CIS (junio 2016).

Por otro lado están las estadísticas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte [publicadas en 2016 sobre datos del 2014] y que dicen que hay un total de algo más de 16 millones de socios de bibliotecas públicas en España, lo que supone que un 35% de la población española es socia de alguna biblioteca pública. También están los datos del Instituto Nacional de Estadística [publicadas a finales de 2015 sobre datos del 2014] y que dicen que hay casi 22 millones de socios de bibliotecas, lo que supone que un 47% de la población española es socia de alguna biblioteca.

Comentar que el dato de los socios de las bibliotecas es un dato importante y notorio de la importancia de las mismas en la sociedad, pero que quizás sea igual de importante el dato de los usuarios activos de las bibliotecas… y no siempre se tiene en cuenta. Tener un carné de biblioteca no convierte a las personas en usuarias activas de las mismas. Sí, es un primer paso (y casi primordial), pero no va a hacer a las personas que lo tengan en más activas que otras personas que no tienen el carné. Bien es cierto que para usar la gran mayoría de servicios que ofrecen las bibliotecas el carné es imprescindible, pero hay otros servicios que no necesitan identificación (estudiar, consulta en sala de libros, periódicos…). En definitiva, hay socios de bibliotecas pero que pueden no ser usuarios activos de las bibliotecas y hay NO socios de bibliotecas pero que SÍ pueden ser usuarios activos de bibliotecas.

Volviendo al estudio de la Generalitat de Catalunya comentar el retrato robot de los NO usuarios y al cual hacen referencia.

  • Son personas mayores de 50 años son las que menos utilizan las bibliotecas.
  • Más de la mitad de los NO usuarios de las bibliotecas tienen estudios primarios o inferiores.
  • De los NO usuarios no irían a la biblioteca un 31,1% independientemente de los cambios que se hicieran de equipamiento.
  • Cuestiones personales (34%), falta de tiempo (17,5%) y la falta de novedades (8%) son las razones principales para no ir a la biblioteca.
  • El 27% de los NO usuarios de las bibliotecas tienen un recuerdo negativo de la biblioteca escolar y un 23% no disponían de biblioteca escolar.

Motivos para no ir o volver a la biblioteca

Bien es cierto que es complicado hacer que vayan las personas a las bibliotecas cuando estas no quieren ir (ni aunque haya cambios de equipamiento) o que no vayan por circunstancias personales insalvables. La cuestión de la falta de tiempo para acudir a las bibliotecas podría solucionarse con horarios más adaptados a las realidades personales y profesionales de las personas (aunque es muy complicado). La cuestión de la falta de novedades también se podría solucionar, pero también es complicado tener todas las novedades por temas presupuestarios. Y algo muy importante es hacer que las personas (las jóvenes personas) se lleven una grata experiencia de sus bibliotecas escolares. Está claro que esta podrá influir positivamente en su visión futura de las bibliotecas.

Ni que decir tiene que también la amplia oferta de servicios (y la adaptación de estas según su comunidad de usuarios reales y potenciales) hará que el índice de NO usuarios de las bibliotecas disminuya. Mostrar las bibliotecas como lugares de ocio, entretenimiento, evasión… lugares familiares y en los que compartir… lugares para formarse y pasar un buen rato leyendo, aprendiendo o informándose… lugares con novedades y que además impulsan sus colecciones (aunque no esté repleta de novedades).

Está claro que el mundo de las bibliotecas tiene que entrar con buen pie en la vida de las personas. Buenas experiencias desde bien pequeños y que estás continúen durante el resto de la vida.

Imagen superior cortesía de Shutterstock