Cómo saber si una fuente de información web es fiable o no

8 marzo, 2016 at 08:14

No toda la información publicada en Internet es fiable. Esto es algo que deberían saber todas las personas, aunque seguro que muchas de ellas lo desconocen. Cuando alguien busca en Google quiere un resultado rápido a una consulta, a una necesidad de información. Pero, ¿quién le dice a esa persona si la información encontrada es válida o no? Muchas veces se dejan llevar por su intuición o por la posición de los resultados.

5 consejos rápidos para evaluar la fiabilidad de la información web

Hay un poco de controversia, por ejemplo, con la Wikipedia. Por un lado están los que piensan que la información que se publica en la plataforma no reúne los requisitos como para ser considerada una fuente fiable por la falta de autoría en sus artículos, e incluso por su falta de objetividad,… pero por otro lado están los que dan mayor importancia a la inteligencia (participación) colectiva para la creación de contenidos de calidad y la rápida actualización. De hecho un estudio elaborado por la revista Nature llegó a la conclusión que la Wikipedia es tan confiable como la Enciclopedia Británica.

Ahora bien, ¿de qué o quién nos tenemos que fiar para conseguir información fiable? Según la Wikipedia (ya que estábamos con ella) hay unas normas básicas en cuanto a sus fuentes fiables. Normas básicas que dicen que los artículos deben utilizar principalmente fuentes fiables, independientes y publicadas, que las fuentes deben respaldar directamente la información aportada, que las fuentes deben tener una buena reputación y que dichas fuentes deben estar disponibles. Y dichas fuentes pueden ser primarias, secundarias y terciarias, publicaciones especializadas, prensa generalista…  pero no autopublicaciones (libros autopublicados, fanzines, páginas webs personales, blogs, foros de discusión, redes sociales…)

Bueno, eso es lo que considera Wikipedia a la hora de redactar sus artículos y conseguir sus fuentes. Recomendaciones que pueden ser aplicadas como norma a la hora de realizar un trabajo. Pero, ¿y qué hacemos con nuestras búsquedas en Google? ¿No son fiables si son enlaces a blogs o páginas web? Sí, son fiables hasta que no descubras lo contrario… aunque casi mejor al revés: no son fiables hasta que no compruebes su fiabilidad / veracidad.

Está claro que la información que encontramos por Google cuando queremos hacer un trabajo hay que cogerla con pinzas. No basta con quedarse con la primera búsqueda realizada, el primer resultado que se muestra y hay que mirar más allá de la primera página de resultados. Sobre todo hay que fijarse en el medio que publica dicha información, su autor, si el contenido se ajusta a lo que se busca…

Hay que formar a los usuarios de las bibliotecas en el uso de Google

2 diciembre, 2015 at 08:18

Está claro que desde el mundo de las bibliotecas, los archivos, la información y la documentación no podemos ignorar a Google. Google se ha convertido, desde hace ya tiempo, en la puerta de entrada a Internet de millones de personas. Es más, estas personas consideran que Google es Internet y que en Google está accesible toda la información del mundo.

Es cierto que hay muchísima información en Internet y que Google es el buscador estrella para acceder a ella, pero hay que tener muy en cuenta que esa información que nos ofrece Google puede que no sea lo que estamos buscando… o que consideremos que sí es lo es, pero en realidad no lo sea y nos lleve ante una información errónea o imparcial.

Hay que convertir a Google en aliado de las bibliotecas / rvlsoft / Shutterstock.com

Y decimos esto porque hay personas que no saben distinguir la información relevante en Internet o que dan por buena una información que en realidad es publicidad. Esto es algo que nos hace llevarnos las manos a la cabeza. Quizás sea un buen punto de partida empezar a formar a las personas en el uso de Google, ya no de Internet.

Sin duda que a Google le falta ese componente de asesoramiento, de calidad e imparcialidad (sin fines lucrativos), entre otras cosas, y que desde los centros de información sus profesionales dan a los usuarios. Tampoco le vamos a culpar ya que su negocio es el posicionamiento de información, según su criterio, y la publicidad de los enlaces. Lo que sí queremos decir es que en bibliotecas, en archivos… el “negocio” es la calidad de la información sin entrar en criterios económicos ni mercantiles. Necesitas una información, pues toma, esto es lo que necesitas… y, además, revisa esta otra que te será de gran utilidad.

Pero como decíamos anteriormente, no podemos ignorar a Google. A nosotros, los profesionales de la Información y la Documentación, también nos ayuda en muchísimas ocasiones. Es más, tendríamos (y tenemos) que convertirlo en un aliado nuestro para enseñar y formar a nuestros usuarios sobre cómo buscar información y enseñarles a discernir lo que es una información válida de la que no lo es.

12 trucos para convertir a nuestros usuarios en usuarios avanzados de Google

Cuando Google crea un servicio siempre trata explicarlo de la manera más sencilla para que todo el mundo lo pueda utilizar… y su buscador, el servicio estrella de Google, no iba a ser menos. Faltaría más… y es que cuanta más gente lo use más poder tendrá el servicio, y Google conseguirá un mejor posicionamiento en el mundo.

Ahora bien, hay formas y formas de utilizar. Se puede utilizar sin ningún criterio ni pauta alguna. Lo que dará al usuario muchísima información y ruido, sin llegar a encontrar lo que realmente estaba intentando buscar. O se pueden utilizar una serie de pautas o trucos para lograr acercarse al máximo a esa información, o fuente de información, que nos ayudará a localizar la información buscada y deseada.

Cómo implementar la búsqueda del catálogo de tu biblioteca en Facebook

5 marzo, 2015 at 08:35

Por muy potente y robusto que resulte un sistema integrado de gestión, es obligación del bibliotecario tratar de caminar un paso por delante, extraer los mejores resultados de sus funcionalidades e incluso diseñar nuevas posibilidades con el fin de progresar en la oferta de servicios y la relación con los usuarios. Algo que parece evidente en los sistemas de código abierto, no es imposible en los de código propietario. En ambos casos será necesario, eso sí, recurrir a la imaginación y aplicar ciertos conocimientos y habilidades de programación que se pueden adquirir con cierta facilidad.

Más allá de las posibilidades de información e interacción comunicativa que ofrece Facebook, esta plataforma de redes sociales posibilita la implementación de diferentes servicios para enriquecer la experiencia del usuario. Por eso, nada más abrir su página en Facebook, la Biblioteca Municipal de Burgos se propuso integrar en ella un servicio de consulta a su catálogo, para lo que no bastaba con un simple enlace. Por aquel entonces la plataforma de Zuckerberg contaba con una aplicación para generar contenido en pestañas mediante su propio lenguaje de marcas, FBML, afortunadamente no muy distinto del entonces omnipresente HTML. Gracias a la desinteresada colaboración de otros profesionales bibliotecarios con semejante inquietud que aportaron algunos detalles y depuraron el código de programación, en poco tiempo se logró implementar la búsqueda del catálogo de la biblioteca en nuestra página de Facebook.

Página en Facebook de la Biblioteca Municipal de Burgos con la aplicación ‘Catálogo’

Las constantes modificaciones en el diseño y las funcionalidades de Facebook han obligado en estos últimos cinco años a realizar determinados ajustes para mantener este buscador, de modo que —por ejemplo— lo que era un valor añadido exclusivo para los fans de la página es hoy accesible para cualquier internauta. Pero la modificación más radical vino forzada por la eliminación por parte de Facebook del FBML estático en 2011, pues obligó a recurrir a servicios de terceros para la implantación de pestañas enriquecidas en las páginas mediante elementos <iframe> de lenguaje HTML.