Cómo rescatar un libro que se ha mojado de manera accidental
Los libros son uno de nuestros mayores tesoros. Como tales, tratamos de cuidarlos para que no se deterioren y nos acompañen durante toda la vida. Por desgracia, no están exentos de accidentes. No son pocas las veces que al pasar una página esta se ha roto, al cerrar el libro se nos ha doblado una página o se nos cae un libro al agua (o el agua al libro). Para este último caso vamos a presentaros una posible solución para que luzca el libro lo mejor posible después de haber pasado por un baño inesperado.
El Departamento de Preservación y Conservación de las Bibliotecas de la Universidad de Syracuse ha elaborado un pequeño videotutorial en el que muestra los pasos a seguir para rescatar un libro que ha sido dañado por el agua (o cualquier otro líquido). Antes de empezar con ellos, es importante tener a mano el libro en cuestión (¡por supuesto!) y los siguientes utensilios: toallas de papel, ventilador (o secador), y un par de tablas y objetos pesados (o una prensa de libros).
Por cierto, si no se puede reparar el libro de manera inmediata, aconsejan introducir el libro mojado en una bolsa ziploc e meterla en el congelador para reparar el libro después. Esto hará que el libro no se quede como un acordeón y luego sea más difícil (y costosa) su reparación.
El primer paso sería poner toallas de papel (papel secamanos) en la cubierta del libro y presionar suavemente para que empiecen a absorber el agua. Seguidamente habría que retirar, y desechar, las toallas utilizadas e insertar unas nuevas toallas de papel en el interior del libro. Más o menos una toalla de papel por cada 10-20 páginas. Es importante asegurarse de que dichas toallas cubren la totalidad de la página y no abrir el libro más de 90 grados ya que el lomo del mismo se podría quebrar.
Habría que introducir toallas de papel hasta una cuarta parte de la totalidad de páginas del libro. Seguidamente presionar suavemente y repetir este proceso con el resto de páginas. Se aconseja ir poco a poco y no hacerlo todo del tirón. Una vez realizada esta tarea, es el turno de ventilar las páginas. Para ello es importante dejar el libro medio abierto y ponerlo delante de un ventilador (o secador) durante toda la noche (o hasta que esté seco).
Después de que el libro se haya secado, es turno de presionarlo entre dos tablas. Para ello es importante colocar ladrillos (o cualquier otro material o utensilio pesado) sobre la tabla superior para aplanar las páginas. Utilizar una prensa de libros sería lo ideal. El libro tendría que estar presionado durante 24 – 48 horas (o hasta que se aplane completamente).
Siguiendo los pasos anteriormente mencionados, el libro accidentalmente mojado podrá lucir como si no le hubiera pasado nada, o por lo menos mejor que si no le hacemos nada. Si este método no funciona, sería interesante echar un vistazo a los métodos que proponen desde wikiHow para reparar libros mojados. Dichos métodos están documentados gracias a los protocolos de conservación de distintas bibliotecas, sobre todo universitarias.
Quizás hayas derramado té en tu libro favorito o tal vez estabas leyendo en la bañera y tu libro se ha resbalado de tus dedos; en cualquier caso, los libros suelen dañarse con el agua. Es muy triste ver cómo un libro se empapa, pero podrás usar una congeladora o una secadora de cabello, secarlo dándole toques suaves o tan solo dejar que seque al aire libre para que retome su estado original o, como mínimo, uno muy parecido.
- Método 1: Secar los libros mojados dándoles toques suaves.
- Método 2: Emplear el método de secar y congelar.
- Método 3: Secar tu libro con un ventilador.
- Método 4: Secar con una secadora de cabello.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
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