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Las bibliotecas también quieren que los adultos coloreen

14 marzo, 2016 at 08:17

No es ningún secreto decir que los libros de colear para adultos se han vuelto todo un éxito en este último año. Todo un éxito que ha llevado a Johanna Basford (ilustradora escocesa) a vender, nada más y nada menos, que un millón de ejemplares de su libro “El Jardín Secreto”, el cual ha sido traducido en 14 idiomas. Como señala la propia autora en una entrevista en la BBC, “colorear es una manera de desintoxicación digital”. Desintoxicación digital llevada a la práctica siempre y cuando se use el papel ya que no son pocas las aplicaciones que existen para colorear.

Las bibliotecas también quieren que los adultos coloreen

Se dice que esta actividad tiene numerosos beneficios en personas adultas. Beneficios como son la ayuda contra el estrés (al igual que la lectura), la relajación y la evasión del día a día, el aumento de la concentración y de la estimulación, además de dar rienda suelta a la creatividad y la expresividad personal.

Y ya que hablamos de libros no pueden faltar en su vida las bibliotecas. Bibliotecas que se han sumado a la iniciativa #ColorOurCollections (colorea nuestras colecciones) aportando dibujos para colorear a todo aquel que los quiera en libre descarga. Entre dichas organizaciones se puede ver como se han sumado la Biblioteca Pública de Nueva York, las Bibliotecas de la Universidad de Stanford, la Digital Public Library of America o la mismísima Europeana. A esta iniciativa también se han sumado instituciones como The Getty y Open Library.

Biblioteca Pública de Nueva York

Se unen a la semana del #ColorOurCollections (1 al 5 de febrero) aportando una selección de su colección en dominio público en forma de hojas para colorear. Además anima a que las creaciones luego sean compartidas a través de las redes sociales.

Biblioteca Pública de Nueva York

Gestiona el préstamo electrónico de tu biblioteca con AbsysNet

10 marzo, 2016 at 08:19

La imagen clásica de la labor de las bibliotecas limitada a la recopilación y almacenaje de documentos tradicionales y con esquemas de indexación más o menos fijos ha cambiado tomando una orientación hacia bibliotecas híbridas y virtuales que utilizan mecanismos para almacenar, localizar, organizar y dar acceso a contenidos digitales que complementen su colección física.

Esta nueva orientación ha hecho que las bibliotecas incorporen diversos tipos de contenidos digitales a sus colecciones (ebooks, música y cine en streaming, bases de datos, revistas electrónicas, diccionarios y  enciclopedias en línea, repositorios de tesis y otros contenidos científicos, etc.) y que no solo se limiten a seguir ofreciendo su tradicional servicio de préstamo de recursos físicos sino que además lo hayan hecho extensible al préstamo o puesta a disposición de sus usuarios y de forma controlada de todo tipo de recursos digitales. Un servicio de acceso y suministro de recursos electrónicos al que, por simplificar, hemos llamado “préstamo electrónico”.

Y cómo gestiono el préstamo electrónico con AbsysNet

AbsysNet también ha pasado a contar con un catálogo híbrido con una interfaz uniforme y que, de forma transparente para el usuario, ofrece un servicio de préstamo de contenidos digitales propios o procedentes de fuentes externas al que los usuarios pueden acceder de forma inmediata, desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Estos contenidos digitales podrán estar en plataformas externas a AbsysNet, comerciales o propias (por ejemplo un repositorio institucional), o bien alojados en modo local en el módulo de contenidos digitales de AbsysNet (DigiNet / Multimedia).

¿Y cómo gestiono el préstamo electrónico con AbsysNet?

Para gestionar el préstamo electrónico con AbsysNet es necesario disponer del módulo multimedia o del módulo de biblioteca digital, DigiNet.

Esta nueva modalidad de préstamo en AbsysNet permitirá ofrecer en préstamo no sólo los contenidos digitales de las editoriales sino también contenido creados por la propia biblioteca (como por ejemplo guías de lectura) o incluso por los propios usuarios (como trabajos académicos o narraciones locales).

Los tipos de servicios y recursos electrónicos susceptibles de ser gestionados de este modo son de lo más diversos:

  • Préstamo con descarga libre, para contenidos digitales, propios de la biblioteca o no, pero que admiten libre acceso, sin problemas de licencias y/o derechos de autor. El usuario se puede descargar todos los contenidos digitales que desee y conservarlos en su propio dispositivo por tiempo ilimitado. La biblioteca controla a qué usuarios entrega estos recursos y tiene la capacidad de hacer un seguimiento del interés que tienen y su uso.
  • Préstamo con descarga de contenidos comerciales sujetos a derechos de autor protegidos con DRM , normalmente alojados en plataformas y servicios comerciales y que, por lo tanto, se podrán descargar con un plazo de utilización limitado y/o otras limitaciones en su utilización, como lectura en un dispositivo determinado o aplicación de lectura propietaria del proveedor del contenido.
  • Préstamo de contenidos digitales de recursos de lectura y visionado en streaming, que se pueden leer o ver en línea. El usuario tendrá acceso a ellos por un periodo de préstamo limitado o no. En este apartado se encuentran contenidos de tipo comercial pero también otro tipo de recursos como canales de vídeo o bibliotecas digitales de lectura en línea y libre acceso.
  • Acceso a contenidos digitales alojados en otras bibliotecas digitales y repositorios institucionales de la propia institución.
  • Acceso de contenido web en general, …

Cómo saber si una fuente de información web es fiable o no

8 marzo, 2016 at 08:14

No toda la información publicada en Internet es fiable. Esto es algo que deberían saber todas las personas, aunque seguro que muchas de ellas lo desconocen. Cuando alguien busca en Google quiere un resultado rápido a una consulta, a una necesidad de información. Pero, ¿quién le dice a esa persona si la información encontrada es válida o no? Muchas veces se dejan llevar por su intuición o por la posición de los resultados.

5 consejos rápidos para evaluar la fiabilidad de la información web

Hay un poco de controversia, por ejemplo, con la Wikipedia. Por un lado están los que piensan que la información que se publica en la plataforma no reúne los requisitos como para ser considerada una fuente fiable por la falta de autoría en sus artículos, e incluso por su falta de objetividad,… pero por otro lado están los que dan mayor importancia a la inteligencia (participación) colectiva para la creación de contenidos de calidad y la rápida actualización. De hecho un estudio elaborado por la revista Nature llegó a la conclusión que la Wikipedia es tan confiable como la Enciclopedia Británica.

Ahora bien, ¿de qué o quién nos tenemos que fiar para conseguir información fiable? Según la Wikipedia (ya que estábamos con ella) hay unas normas básicas en cuanto a sus fuentes fiables. Normas básicas que dicen que los artículos deben utilizar principalmente fuentes fiables, independientes y publicadas, que las fuentes deben respaldar directamente la información aportada, que las fuentes deben tener una buena reputación y que dichas fuentes deben estar disponibles. Y dichas fuentes pueden ser primarias, secundarias y terciarias, publicaciones especializadas, prensa generalista…  pero no autopublicaciones (libros autopublicados, fanzines, páginas webs personales, blogs, foros de discusión, redes sociales…)

Bueno, eso es lo que considera Wikipedia a la hora de redactar sus artículos y conseguir sus fuentes. Recomendaciones que pueden ser aplicadas como norma a la hora de realizar un trabajo. Pero, ¿y qué hacemos con nuestras búsquedas en Google? ¿No son fiables si son enlaces a blogs o páginas web? Sí, son fiables hasta que no descubras lo contrario… aunque casi mejor al revés: no son fiables hasta que no compruebes su fiabilidad / veracidad.

Está claro que la información que encontramos por Google cuando queremos hacer un trabajo hay que cogerla con pinzas. No basta con quedarse con la primera búsqueda realizada, el primer resultado que se muestra y hay que mirar más allá de la primera página de resultados. Sobre todo hay que fijarse en el medio que publica dicha información, su autor, si el contenido se ajusta a lo que se busca…