10 razones por las que es importante salvaguardar y preservar el patrimonio audiovisual
Desde el siglo XX hasta la actualidad, los documentos audiovisuales (las películas, los programas de radio y televisión y las grabaciones de audio y vídeo) se han convertido en elementos imprescindibles para conocer la historia. Forman parte de nuestra identidad cultural y gracias a ellos podemos analizar la sociedad y la cultura popular de cada época. Además, gracias a los documentos audiovisuales se eliminaron las barreras que impedían la comunicación; su llegada significó una metamorfosis de la sociedad y de la forma de relacionarnos.
En 2005, la UNESCO proclamó el 27 de octubre como Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, esta fecha fue escogida para conmemorar la aprobación de la Recomendación sobre la Salvaguardia y la Conservación de las Imágenes en Movimiento, aprobada en 1980. El objetivo fue concienciar al público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de este tipo de documentos.
Los documentos audiovisuales son una fuente de un valor incalculable y forman parte nuestro día a día y de nuestra memoria. Por ello es tan importante gestionar bien el patrimonio audiovisual y preservarlo de forma correcta, y la digitalización es un factor clave para ello. Permite mejorar los procesos de almacenamiento, la catalogación, la búsqueda, el acceso, la consulta, la recuperación, la transferencia, la grabación o el copiado de los contenidos o documentos producidos en el pasado, tanto para su reutilización en otros productos, como para reducir los gastos de explotación asociados a estos procesos.
Las principales razones para salvaguardar y preservar el patrimonio audiovisual
1. Los archivos audiovisuales como servicio de información
Los archivos audiovisuales, más allá de los aspectos técnicos y conceptuales, se entienden como un ámbito de actividades y servicios de un sector profesional ligado a los medios de comunicación. Estos están presentes en distintos sectores de las industrias culturales de la información y comunicación, concretamente el cine, la televisión y la radiodifusión. El principal cometido de estos servicios de documentación consiste en facilitar el acceso a las fuentes audiovisuales producidas y/o emitidas por la empresa mediante una serie de operaciones de selección, organización, tratamiento, conservación y difusión. Estas operaciones son un medio para alcanzar la accesibilidad permanente. Se pueden distinguir numerosas categorías de archivos audiovisuales dependiendo del medio al que estén dedicados, de la temática, del carácter público o privado, etc. En cualquier caso, lo más importante es el predominio de las funciones, puesto que la función principal es facilitar el acceso.
2. Es una herencia destacada en la sociedad
Los documentos audiovisuales condensan la memoria y el legado de la sociedad. Son un instrumento esencial para el conocimiento de la historia contemporánea, al ser depositarios de información de carácter histórico, social y cultural; a la vez que son testimonio documental de la actividad de una institución o empresa en el desempeño de sus funciones. En definitiva, estos documentos contienen los registros principales del siglo XX y del siglo XXI. Es decir, en ellos se han guardado los testimonios únicos y vivos de la historia más reciente, a través de un instrumento universal que es capaz de trascender las fronteras lingüísticas y culturales del mundo.
3. Es una fuente de carácter informativo para las generaciones futuras
Este tipo de documentos forman parte de lo que somos a día de hoy y son una fuente de carácter informativo, evidencial y testimonial para las próximas generaciones. Los archivos audiovisuales son un legado para el futuro, puesto que gracias a ellos hemos sido capaces de dejar un registro real, permanente y tangible para el análisis y la valoración de las futuras generaciones. Por ello, se debe prestar especial interés a su conservación y su preservación. Respecto a esta última, la digitalización es fundamental, ya que permite almacenar una gran cantidad de información en un espacio mucho más reducido.
4. Es uno de los mayores valores culturales de la sociedad
El patrimonio audiovisual, para las organizaciones culturales, es el principal valor, debido a la importancia social. Muchos documentos muestran aspectos de la vida natural o artificial y constituyen una fuente testimonial importante para el estudio histórico, científico, técnico y para la educación. Los documentos audiovisuales son producto del trabajo intelectual de la humanidad y muchos tienen una intencionalidad artística. Algunos tienen la consideración de obra de creación y su valor artístico es explotable culturalmente. Los archivos audiovisuales de cualquier tipo (ficción, documental, periodístico, ocio, etc.) se establecen como grandes fuentes para el conocimiento histórico y social. Expertos como, sociólogos, historiadores, antropólogos, etc. acuden a estos documentos para sus investigaciones, puesto que estos reflejan, de forma más o menos explícita, ideas, valores, costumbres, etc.
En el caso de los periodísticos o documentales, ilustran buena parte de los acontecimientos, fenómenos y elementos tecnológicos y naturales que van conformando el curso de la historia y la evolución del planeta.
5. Es un lenguaje y un método para la educación
La enseñanza y la escuela han estado ligadas tradicionalmente al lenguaje oral. La palabra y el texto dominaban, pero desde la segunda mitad del siglo XX y hasta el momento, el lenguaje audiovisual ha ido penetrando en la educación. Esto se debe a dos causas, la primera, de orden tecnológico; y la segunda, de orden científico y epistemológico. Hoy en día, el conocimiento no puede prescindir del lenguaje de la imagen y de sus tecnologías, de aquí la necesidad de incorporar el lenguaje audiovisual en la educación. Al incorporar los audiovisuales a la enseñanza, cambia el modo de ver y analizar el mundo, de estudiarlo, de transmitirlo, de aprender y de interactuar con la realidad y con los demás.
6. Nos permite viajar al pasado
A través del material audiovisual se pueden revivir diferentes épocas de la humanidad, dando fe de las transformaciones vividas con el paso del tiempo. Los archivos audiovisuales permiten ver lugares que ya no existen, vivir hechos del pasado o, incluso, escuchar voces de aquellas personas que ya no están. Y gracias a estos formatos podemos conocer historias acaecidas y conectarlas con nuestro presente y con nuestro futuro.
7. Podemos conocer el contexto tecnológico de cada época
Los archivos audiovisuales deben asegurar la preservación de otro tipo de documentos que también forman parte del patrimonio audiovisual. Toda aquella información relacionada con la evolución de la técnica de captación, proyección, emisión o almacenamiento de la imagen y el sonido, al igual que el funcionamiento de los dispositivos (cámaras, moviolas, magnetoscopios, magnetófonos, etc.), puesto que así se puede conocer, de forma exacta, el contexto tecnológico que acompaña a la producción audiovisual de cada época y el modo en que dicho contexto influye en la manera en que se percibe el mensaje audiovisual.
8. Nos permite tener filmotecas
Las filmotecas tienen su origen en la preocupación que mostraron algunos colectivos por salvaguardar las antiguas películas cinematográficas en soportes de nitrato realizadas antes de la irrupción del cine sonoro, tanto por su carácter como documentos históricos, como el de obras de arte. En 1953 se fundó la Filmoteca Española con el mismo fin, el de preservar el conjunto de documentación que forma el patrimonio cinematográfico español (tanto las películas como los materiales relacionados).
Los archivos donde se custodian los documentos fílmicos son, por lo general, de carácter nacional y reciben distintas denominaciones: filmotecas, cinematecas, institutos de investigación, etc. El patrimonio cinematográfico es muy variado y existen instituciones destinadas a la custodia de muchos tipos de documentos, tanto por el alcance de su distribución o como por la temática. Por ello, la gestión debe abarcar diversos campos y disciplinas y se debe plantear desde distintas ópticas.
9. Nos permite tener fonotecas
El primer archivo audiovisual del mundo fue un archivo sonoro, el Phonogrammarchiv, fundado en Viena en 1899, dedicado a conservar grabaciones sonoras de carácter científico. A partir de mediados del siglo XX se generaliza el consumo de música y las grabaciones sonoras se extienden a los hogares. En los años 70, se desarrolla la tecnología de grabación en cinta magnética y es a partir de este momento cuando se empieza a conservar la producción sonora de las emisoras de radio. La grabación de cinta magnética se restringe al uso profesional hasta la aparición del casete en 1963, momento a partir del cual los registros sonoros se extienden al gran público.
Las fonotecas atesoran colecciones de discos, cintas, casetes, etc., por lo tanto, estos archivos permiten conservar y difundir el patrimonio sonoro. Muchas veces las fonotecas son anexos o secciones de bibliotecas. Las primeras fonotecas surgieron a partir del almacenamiento de registros sonoros de distinta clase para facilitar su organización y el acceso. La Fonoteca Nacional de México, fundada en 2008, es un ejemplo de esta clase de entidades. Se dedica al registro, la catalogación y la difusión de la memoria sonora mexicana.
10. Nos permite tener videotecas
El vídeo nace estrechamente ligado a la televisión y son las propias cadenas productoras de la documentación las que ostentan la responsabilidad de conservarla. El uso del vídeo empezó a generalizarse en los años 80 gracias a su rapidez en la grabación y edición, y acabó imponiéndose en la producción audiovisual, no solo para televisión, sino en otros ámbitos, como la educación, la investigación médica, etc. La finalidad de una videoteca es preservar, organizar, catalogar y dar a conocer documentos audiovisuales. Durante mucho tiempo, estos archivos implicaban la existencia de videocasetes o videocintas, pero con el avance de la tecnología los sistemas de vídeo comenzaron a recurrir a otros formatos, y con el auge de la digitalización, las grabaciones se volvieron virtuales, siendo almacenadas en ordenadores o en servidores accesibles a través de Internet. Hoy estos espacios suelen contener mucho más que videocasetes. Existen videotecas sin existencia física, por ejemplo, la videoteca de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes tiene más de 2 640 vídeos digitalizados relacionados con la literatura y pueden verse vía Internet.
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