Conversación social televisiva: abriendo la puerta del archivo y la biblioteca

4 abril, 2016 at 08:16

Cada día nos sorprenden con nuevas ideas —o nuevas versiones remozadas— para revitalizar los servicios de los centros de información en general, y de los archivos y bibliotecas en particular. La definitiva integración de Internet en nuestra vida diaria, la consolidación de la digitalización como método de conservación, difusión y distribución de contenidos —apoyada por una creciente red de repositorios y recolectores— y la expansión de la cultura colaborativa hasta alcanzar un creciente grado de cocreación, están impulsando numerosos proyectos y experiencias destinados a acercar a los ciudadanos a nuevas experiencias y enriquecer su visión de cuanto les podemos ofrecer. Si hace algún tiempo hablábamos de llegar donde se encontrasen nuestros usuarios —en su domicilio,  en su puesto de trabajo, mientras se desplazan…—, la popularización de la práctica de la segunda pantalla nos ha abierto una puerta para introducirnos en las conversaciones generadas, fundamentalmente a través de Twitter, durante la emisión de los programas de televisión con mayor audiencia. No se trata de practicar un spam impertinente, sino de aportar información a ese 60% de usuarios que utilizan Twitter para interactuar en directo sobre contenidos de televisión, un comportamiento que las marcas siguen muy de cerca.

Archivo y Biblioteca de Burgos camino de la conversación social televisiva

Obviamente, por su potencial, sus herramientas y sus colecciones, los grandes centros son los que se llevan el gato al agua. Aunque el perfil de la Subdirección General de los Archivos Estatales @ArchivosEst rompió el hielo con antelación, será la Biblioteca Nacional de España la que —tras unos escarceos puntuales, como la difusión del codicilo testamentario de Isabel la Católica durante la emisión del último episodio de la serie producida para TVE sobre este personaje de nuestra historia— acaparará la atención de profesionales y público con las acciones de su perfil @BNE_Biblioteca durante la primera temporada de El Ministerio del Tiempo. Con esta práctica, que ha ido perfilando y consolidando progresivamente, la Biblioteca Nacional busca crear una experiencia narrativa que, además de difundir su fondo bibliográfico y aportar información complementaria a la trama televisiva, la sitúe en el seno de una comunidad activa en la que establecer nuevos vínculos y conexiones, como apuntó Ana Carrillo, Jefa de Servicio de Web, Intranet y Medios Sociales, en el blog oficial de la institución.

En contra de lo que pudiera parecer, quienes trabajamos en centros de información con menor calado también podemos, con idéntico entusiasmo y las herramientas a nuestro alcance, incorporarnos a esta experiencia transmedia de la conversación social televisiva. Mientras estuvo en antena la referida serie Isabel, el Archivo Municipal de Burgos publicó en su perfil @ArchMunBurgos algunos tuits alusivos a sus fondos documentales relacionados con lo acontecido en el episodio de la noche anterior. Pero será la emisión de su sucesora Carlos, rey emperador lo que —en coordinación con la Biblioteca Municipal de Burgos, @BibMunBurgos— le llevará a dar el paso decisivo: incorporarse en directo durante la noche de su emisión a la conversación tejida en torno al hashtag oficial. ¿Cómo no aprovechar el filón documental propiciado por la guerra de comunidades?


Su proclamación como emperador del Sacro Imperio, sus continuos enfrentamientos con el turco, el francés y los protestantes, sus idas y venidas… dejaron huella documental en la ciudad de Burgos. De modo que mientras la biblioteca reforzaba el hilo argumental con referencias bibliográficas y artísticas, el archivo desgranaba documentos en un tono algo informal, más apropiado para el medio.

Ya en el presente año, tanto el Archivo como la Biblioteca Municipal de Burgos han reafirmado su apuesta por la conversación social televisiva. La emisión de la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo ofreció la disculpa perfecta, pues su primer episodio giraba en torno a la muerte accidentalmente prematura del Cid, lo que dio pie para publicar una serie de tuits que fueron posteriormente recogidos en Storify. La novela negra —y su correlato cinematográfico—, la ocupación francesa, la gripe española de 1918… han sido los contextos propuestos por la célebre serie para las siguientes intervenciones, que han exigido —además del atrevimiento, la imaginación y el dominio de las técnicas documentales que se espera de todo bibliotecario— el manejo de las herramientas digitales con las que están dotadas ambas instituciones.

Aunque supone un incremento en la carga de trabajo, el método resulta bastante sencillo. Una vez que se conoce la anécdota o hilo argumental básicos de cada episodio, trazamos las líneas esenciales de intervención para ambos centros, en función del patrimonio documental con el que cuentan. A continuación se han de localizar aquellos documentos susceptibles de ser difundidos a través de Twitter en el momento oportuno. En el caso del Archivo Municipal se empleará el “recolector / buscador” MediaSearch, por el que extraemos los ítems correspondientes localizados en el gestor AlbaláNet, en el que se hallan todas las referencias de nuestro fondo. Puesto que cada unidad documental devuelta tras ser interrogado el sistema cuenta con una URL permanente, esta información es suficiente para dirigir al lector a la descripción apropiada en cada caso, permitiéndole —si se encuentra disponible— la descarga de su versión digital. A la hora de elaborar el tuit, incluimos la versión acortada de esa URL, al menos una imagen previamente descargada del documento en cuestión —la aplicación nativa de Twitter permite incorporar hasta cuatro, consumiendo en todo caso únicamente 24 caracteres— y, claro está, el hashtag oficial del episodio para incorporarlo a la corriente de la conversación.

Tuit del Archivo Municipal de Burgos en capítulo del Ministerio del Tiempo

En cuanto a la Biblioteca se refiere —integrada en la Red Automatizada de Bibliotecas de Castilla y León, RABEL, gestionada con AbsysNet—, es necesario elaborar URLs estables que dirijan al lector a un resultado en el OPAC, compuestas por diferentes elementos, según se explicó hace tiempo en este mismo blog:

  • Protocolo de transferencia: http://
  • Nombre del servidor del OPAC, que en nuestro caso es jcyl.es/cgi-bin/abnetopac
  • Comandos de búsqueda, combinando el subcatálogo definido para la Biblioteca Municipal de Burgos con la orden de búsqueda experta, ?SUBC=BMBU&ACC=DOSEARCH&xsqf99=
  • Términos de búsqueda. Así, por ejemplo, para una única catalogación concreta basta con utilizar como identificador el número de título, como en este caso:

http://rabel.jcyl.es/cgi-bin/abnetopac?SUBC=BMBU&ACC=DOSEARCH&xsqf99=»287735″.titn. En cambio, para localizar diferentes registros que respondan a los mismos criterios deben combinarse posiciones y campos MARC u otros identificadores mediante operadores para generar una búsqueda dinámica: http://rabel.jcyl.es/cgi-bin/abnetopac?SUBC=BMBU&ACC=DOSEARCH&xsqf99=cervantes.autp.+and+quijote.t245.+and+teatro Por lo demás, el tuit resultante contará con una redacción similar a la ya descrita anteriormente.

Tuit de la Biblioteca Municipal de Burgos en capítulo del Ministerio del Tiempo

Definida la lista de tuits previstos en un documento de texto, sólo queda esperar a que comience la emisión para, con la ayuda de un dispositivo móvil —en concreto, una tableta—, ir lanzando los tuits a medida que avanza el episodio. Esta práctica, desarrollada con la idea de trasladar a los ciudadanos información cercana que complemente la acción dramática que está viendo en el televisor, a todas luces mejora la imagen institucional de nuestros centros, acercándolos a otros públicos que tradicionalmente no son usuarios de sus servicios. Recibida con sorpresa y admiración en la Primera Conferencia Internacional de Lectura y Tecnología celebrada en México a finales de 2015 —donde se mencionó como un ejemplo de valor añadido de los servicios digitales de la Biblioteca Municipal de Burgos, al tiempo que hizo lo propio la Biblioteca Nacional de España—, ha despertado el interés de diferentes medios locales —radio, prensa, blogs— pero, sobre todo, ha provocado el reconocimiento de los fervientes tuiteros ministéricos, que es tanto como decir salir del habitual nicho en que estas instituciones se hallaban acomodadas.

La visibilidad así adquirida va generando poco a poco una fidelidad sumamente apreciable, no sólo de forma inmediata —como se puede comprobar en las siguientes gráficas, donde se aprecian picos de impresiones asociados al incremento puntual de la conversación con lentos descensos progresivos durante el resto de la semana— sino a lo largo del tiempo, pues en ambos casos la media de impresiones superó en las últimas semanas cuatro veces el valor de este indicador para las mismas fechas de 2015.

Alcance de las publicaciones del Archivo y de la Biblioteca Municipal de Burgos

Por supuesto, abrir esta nueva senda no significa abandonar otras más tradicionales, sino trazar rutas que finalmente converjan en un mismo objetivo. Así, mientras tanto, en la Biblioteca «Miguel de Cervantes» —una de las instalaciones que componen las Biblioteca Municipal burgalesa— se ha instalado un pequeño centro de interés dinámico que aglutina en un único punto documentos bibliográficos en diferentes soportes en torno al núcleo argumental de cada episodio, renovándolo a la mañana siguiente de su emisión: una auténtica puerta del tiempo en la biblioteca.

Pilar Figal Zurdo

Ayudante de Biblioteca

Archivo Municipal de Burgos

Rafael Ibáñez Hernández

Ayudante de Biblioteca

Biblioteca Municipal de Burgos