7 consejos a la hora de leer cuentos a los peques de la casa

12 noviembre, 2018 at 08:02

Leer es fundamental en nuestras vidas, y es que la lectura nos facilita el entendimiento y el conocimiento. Es por eso por lo que es importante fomentarla desde edades tempranas. Nuestro papel como padres, profesores o bibliotecarios es fundamental para crear el hábito lector y desarrollar el pensamiento crítico de los jóvenes.

La lectura es fundamental en nuestras vidas, por eso hay fomentarla desde edades tempranas

Son de vital importancia tanto los profesores que les enseñan y apoyan en sus distintas etapas lectoras, como la familia que refuerza lo aprendido y crea espacios de lectura en casa, como los bibliotecarios que les sugieren libros y animan a que lean. Todos deben formar una cadena resistente e irrompible por el bien de los jóvenes, por el bien de la sociedad del futuro.

Hace ya un tiempo que os dimos una serie de consejos para fomentar la lectura de los peques en casa. Consejos como conocer sus gustos, conocer los libros adecuados para su edad, hablar sobre libros en cualquier situación o llevarles a la biblioteca, entre otros. A estos consejos queremos sumar otros y que hacen referencia a la hora de la lectura en casa. Como, por ejemplo, crear una rutina lectora, reservar de 15 a 20 minutos para ellos, hacerles protagonistas y partícipes del cuento… Ya sabes, esto solamente es teoría, lo realmente importante es la práctica.

1. Elige el momento y el lugar adecuado

Toda actividad tiene su lugar y su momento, y los peques de la casa deben saber identificarlos como tal. Al igual que identifican la hora del baño, la hora de comer o la hora de dormir, también deben saber cuándo y dónde será la hora de lectura compartida con papá o mamá.

Es por ello por lo que se hace necesario crear una rutina diaria. Pero atención… también es importante ser flexibles en ella. No siempre los peques van a tener la misma predisposición hacia la lectura, por lo que no hay que obligarlos a la hora del cuento si un día no les apetece. Como diría Jorge Luis Borges, “el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta ‘el modo imperativo’”.

2. Elige historias cortas e ilustradas

Los cuentos cortos e ilustrados son mejores para los peques por varios motivos: no requieren mucho tiempo de concentración en la misma actividad y pueden seguir la historia a través de las ilustraciones del libro. Incluso un estudio reciente dice que los cuentos ilustrados son mejores para los cerebros de los niños.

Algo que es también interesante para involucrar a los peques en la hora del cuento es dejarles que elijan ellos la historia que quieren escuchar entre varias opciones que les demos. Esto les hará sentir importantes en dicho momento y aumentará su predisposición para escuchar e interactuar con la historia del libro.

[Tuit] Según un estudio, los #cuentos ilustrados son mejores para los cerebros de los niños. #LIJ

3. No tengas prisa y disfruta del momento

En ritmo de vida que llevamos nos puede dejar sin tiempo para prestar la atención necesaria a ciertas necesidades. Una de ellas es el disfrute y acompañamiento en la lectura de los peques de la casa. Somos un pilar fundamental para ellos y no podemos fallarles en el fomento de la lectura desde edades tempranas.

Hay que tomarse ese tiempo como una oportunidad más de conectar con ellos. Así que no hay que tener prisa, hay implicarse al máximo y disfrutar de estos mágicos (y efímeros) momentos alrededor de un libro.

4. No leas, interpreta y cuéntales el cuento

Estamos acostumbrados a leer para nosotros mismos. Esa lectura que hacemos suele ser lineal, rápida y casi sin entonación. Leer en voz alta a los peques requiere de algo más de esfuerzo (e interpretación) por nuestra parte. Habría que hacer el paso de leer un cuento a contar e interpretar un cuento.

Para ello es necesario cambiar la tonalidad de nuestra voz según el personaje, imitar voces, para dar emoción a cada momento y escena. Gesticular con las manos y la cara también ayudará a que comprendan la historia y darle mayor realismo. Por cierto, y muy importante, no hay que olvidar el contacto visual con ellos (miradles a los ojos) para crear el vínculo de unión y que se sientan protagonistas y acompañados en todo momento.

5. Déjales que interactúen con el libro y participen con la historia

La actitud de los peques ante la hora del cuento no debe ser estática. No son simples oyentes de una historia, sino que son protagonistas de la misma. Hay que conseguir crear un clima de participación. Convertir ese momento en un juego divertido en el que ambos disfrutáis y lo pasáis bien.

Déjales que hablen y pregunten todo lo que quieren saber sobre la historia. Que toquen el libro e incluso que lo sostengan entre sus manos. Hazles todas las preguntas que consideres necesarias para atraer su atención y para que ellos discurran.

6. Repite las palabras y explica todo lo que no entiendan

Al igual que nosotros les hacemos preguntas, también debemos tener en cuenta que ellos nos van a preguntar. Es normal que no entiendan todas las palabras que les decimos o que no entiendan la historia en sí misma, es por ello por lo que es importante explicarles con nuestras palabras qué quiere decir cada momento.

También es importante el tema de la repetición de palabras. Según un estudio esto mejorará el aprendizaje y entendimiento de las mismas.

Repita ciertas palabras de vocabulario: El informe muestra que las exposiciones múltiples a las palabras mejoran el aprendizaje de palabras, no solo porque los niños memoricen la palabra, sino porque la entienden mejor y pueden retenerla por más tiempo.

7. Mantén sus historias favoritas en rotación

Como a todos nos pasa, los peques también tienen sus cuentos e historias favoritas. Es verdad que si por ellos fuese solamente querrían leer ese cuento al tienen tanto cariño, y que puede que nosotros ya hayamos aborrecido después de leerlo múltiples veces.

Para ellos es muy importante, y es por lo que no habría que apartarlo de la rotación de cuentos diarios a leer. Incluso científicamente se ha demostrado que leer las mismas historias una y otra vez aumentan la capacidad de los niños para recordar y retener palabras.

Imagen superior cortesía de Shutterstock